Choquequirao




Choquequirao (del aymara chuqi, oro, y del quechua k'iraw, cuna, es decir: "cuna de oro"), son las ruinas de una ciudad inca situada entre las estribaciones del nevado Salcantay, al sur del Perú. Los restos arqueológicos de Choquequirao están conformados por edificios y terrazas distribuidas en diferentes niveles, desde el nivel más bajo Sunch'u Pata hasta la cima truncada más alta, la cual fue nivelada y cercada con piedras para formar una plataforma con una área aproximada de 150 metros cuadrados.

Choquequirao es conocida como la "hermana sagrada" de Machu Picchu por la semejanza estructural y arquitectónica con esta Recientemente, estando parcialmente excavada, ha despertado el interés del gobierno peruano por recuperar aún más el complejo y convertirlo en una alternativa más accesible para los turistas interesados en conocer más acerca de la cultura inca.


Ubicación

Se encuentra a 13° 32' latitud sur y 72° 44' longitud oeste. Se ubica a 3033 metros sobre el nivel del mar en las estribaciones del nevado Salcantay, al norte del valle del río Apurímac, en la provincia de La Convención en el departamento del Cusco.

El entorno de Choquequirao es uno de los más ricos en biodiversidad. Todas estas especies se han acondicionado a pesar de las variaciones de temperatura como es sol durante todo el día e inclementes heladas durante la noche. La fauna del lugar esta compuesta principalmente por cóndores, tarucas, vizcachas, zorros, zorrinos, pumas, picaflores, osos y el gallito de las rocas, ave nacional del Perú. En su flora destacan los helechos gigantes, el ichu y una gran variedad de orquídeas, donde resalta la de la variedad wakanki.


Historia

Algunos arqueólogos señalan que la ciudadela fue probablemente construida durante la administración del Inca Pachacútec a la par con Machu Picchu en el siglo XV; sin embargo, otros afirman que su edificación fue posterior a Pachacútec, siendo durante el gobierno de Túpac Yupanqui o incluso de Huayna Cápac que se construyó este complejo. Fue un centro tanto cultural como religioso para la región. Presumiblemente esta ciudadela fue usada como un garita de control para asegurar el acceso a las áreas de Vilcabamba, que conectaba la selva con otros centros importantes como Písac y Machu Picchu. También se estima que la ciudadela jugó un importante papel sirviendo como nexo entre la selva amazónica y la ciudad imperial del Cusco.

Choquequirao es considerada uno de los últimos bastiones de resistencia y refugio de los Incas, quienes por órdenes de Manco Inca, abandonaron la ciudad del Cusco para resguardarse en las ciudades de la región Vilcabamba, cuando alrededor del año 1535 el Cusco se encontraba sitiado por los españoles. Fue en este lugar (y en general en todo el valle del Vilcabamba) donde Manco y los demás Incas de Vilcabamba resistieron el embate de los españoles, hasta la captura y ejecución de Túpac Amaru I en 1572.

El primer explorador que da noticias una ciudadela llamada "Chuquiquirau" fue el explorador español Juan Arias Díaz Topete en el año de 1710. La primera referencia escrita de Choquequirao data del año de 1768 y su autor fue Cosme Bueno, sin embargo la documentación fue puesta de lado y echada al olvido por las autoridades y el público en general. En 1790, Pablo José Origaín menciona en su "Compendio de Noticias Geográficas del Cuzco" una ciudad despoblada desde la antigüedad con el nombre de Choqequirau

En 1834, José María Tejada (prefecto del Cusco) viaja a la ciudadela atraído por las leyendes sobre tesoros en Vilcabamba; así mismo en 1837, Leonce Angrand cartografió el lugar por primera vez, pero sus mapas fueron también puestos al olvido. No fue hasta 1909, año en que el arqueólogo Hiram Bingham y el topógrafo Clarence Hay (ambos norteamericanos) visitaron Choquequirao y elaboraron una descripción minuciosa del sitio, que la ciudadela adquirió mayor atención por parte de los arqueólogos, el gobierno y los turistas. Las primeras excavaciones comenzaron varias décadas después de la visita de Bingham, alrededor de 1970; así mismo en 1986 se hacen estudios intensivos y un plan de restauración del sitio. Actualmente, se calcula que sólo un 30% del complejo, que comprende unas 1810 hectáreas, ha sido desenterrado y puesto en funcionamiento como zona turística; se prevé la finalización de la restauración para el 2011, tardando aún más el estudio y comprensión de su legado histórico.